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El Ligamento Cruzado Posterior: Anatomía, Lesiones y Tratamientos
El ligamento cruzado posterior (LCP) es uno de los cuatro ligamentos principales de la rodilla. Estos ligamentos conectan el fémur (hueso del muslo) con la tibia (hueso de la pierna) proporcionando estabilidad y controlando el movimiento de la articulación.
Anatomía del Ligamento Cruzado Posterior:
- Se encuentra en el centro de la rodilla, detrás del ligamento cruzado anterior (LCA).
- Se origina en un área posterior y central de la tibia.
- Se dirige a la pared externa, del cóndilo femoral interno.
- Está compuesto por dos haces principales: anterolateral y posteromedial, que se tensan en diferentes posiciones de la rodilla.
- Es más grueso y fuerte que el LCA.
Función del LCP:
- Previene el desplazamiento posterior de la tibia respecto al fémur (es decir, evita que la tibia se deslice hacia atrás).
- Controla la rotación interna de la tibia.
- Ayuda a estabilizar la rodilla durante la flexión.
Lesiones del Ligamento Cruzado Posterior:
Las lesiones del LCP son menos comunes que las del LCA, representando alrededor del 20% de todas las lesiones de ligamentos de la rodilla. Generalmente, ocurren por un traumatismo directo en la parte frontal de la Tibia con la rodilla en flexión, por ejemplo:
- Accidentes de tráfico (impacto del tablero del coche contra la rodilla).
- Caídas sobre la rodilla flexionada.
- Lesiones deportivas de contacto (fútbol, rugby, esquí).
Síntomas de una Lesión del LCP:
Los síntomas pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión, desde leves a severos:
- Dolor en la parte posterior de la rodilla, especialmente al arrodillarse o subir escaleras.
- Inflamación alrededor de la articulación de la rodilla.
- Dificultad para caminar o correr.
Diagnóstico:
- Examen físico: el médico evaluará el rango de movimiento, la estabilidad y la presencia de dolor en la rodilla.
- Pruebas de imagen:
- Radiografías: pueden descartar fracturas óseas.
- Resonancia magnética (RM): permite visualizar el LCP y otras estructuras de la rodilla con detalle para confirmar la lesión y determinar su gravedad.
Tratamientos para una Lesión del Ligamento Cruzado Posterior:
El tratamiento dependerá de la gravedad de la lesión, el nivel de actividad del paciente y otros factores individuales.
- Tratamiento no quirúrgico: Indicado para lesiones parciales o leves del LCP:
- Reposo: evitar actividades que causen dolor.
- Hielo: aplicar hielo en la zona afectada durante 15-20 minutos cada 2-3 horas.
- Brace: El pilar fundamental del tratamiento no quirúrgico de la lesión del LCP es la utilización de un brace articulado que controle la traslación posterior de la tibia sobre el fémur y permita la deambulación del paciente.
- Fisioterapia: ejercicios específicos para fortalecer los músculos que rodean la rodilla, mejorar la estabilidad y recuperar el rango de movimiento.
- Tratamiento quirúrgico: Se recomienda para lesiones completas del LCP o para lesiones parciales que no mejoran con tratamiento conservador:
- Reconstrucción del LCP: Se realiza con cirugía artroscópica utilizando tendones del mismo paciente (autoinjerto) o tendones de donantes (aloinjerto).
- Rehabilitación: la fisioterapia es fundamental después de la cirugía para recuperar la fuerza, la movilidad y la función de la rodilla.
- Reconstrucción de la esquina posterolateral: La mayoría de los pacientes que tienen una ruptura del LCP, tienen asociado una lesión de las estructuras que componen la esquina posterolateral de la rodilla (Ligamento Colateral Lateral, ligamento poplíteo – fibular y tendón del poplíteo).